Últimament estamos asistiendo a la reactivación de la actividad en las oficinas de planificación territorial y urbanística de los ayuntamientos, los partidos políticos y asociaciones de defensa del entorno. Y qué decir de la prensa: El BCN World, el macro centro comercial de Cerdanyola del Vallès, el Outlet de Viladecans, etc.
Todo esto es para reactivar la economía, se dice.
Siguen vigentes representaciones globalizadoras y aceptadas sobre la ciudad como mercado del trabajo, espacio de consumo y producción de la fuerza de trabajo industrial.
Estas representaciones, a demás de identificar sólo aspectos parciales de la naturaleza de la ciudad presentan un profundo riesgo: al no estar basadas en un vínculo fuerte y bidireccional entre la forma espacial y su función, y al remitir a las relaciones tan generales que trascienden el nivel del espacio físico, tienen el peligro de hacer de la ciudad el simple escenario de las relaciones estructurales - como la lucha de clases, por ejemplo.
¿Qué pasa cuando las condiciones económicas cambian? ¿Qué pasa con la desindustrialización y la museificación de las ciudades? Se debe planificar más allá de las modas y de las conjeturas socioeconómicas, más allá del "ahora" y mirando más al "mañana". No puede ser que los planes urbanísticos y territoriales queden obsoletos de un año para el otro, cuando están pensados para dejar huella en el entorno para siempre.
Y es que, como decía Braudel, « En occident, capitalisme et ville, au fond, ce fut la meme chose ».
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada